Tal vez puede parecer que es una decisión irrelevante, pero elegir el momento adecuado para rociar la sal hace una gran diferencia. En Vakuum te contamos un poco más por qué.
Si se tratase únicamente para agregar sabor, el momento para agregar la sal realmente no importa. Sin embargo, la sal hace mucho más que mejorar el sabor. La sal tiene una capacidad increíble para absorber la humedad, una cualidad conocida como “higroscopia”. Frotar sal en carne cruda tiene un efecto en el que, al extraer agua del músculo, crea una capa de salmuera en la superficie de la carne.
Entonces, ¿Qué diferencia hay?
Mejora de la textura
Salar la carne justo antes de cocinarla crea una capa de salmuera que se puede secar y ayudar a que se dore la carne más rápidamente.
Por otro lado, salar la carne mucho antes de cocinarla tiene beneficios adicionales. Si se deja por más tiempo, la sal comienza a ablandar la carne “desnaturalizando” las proteínas de la superficie; Después de unos 40 minutos, la carne estará notablemente más suave. Inclusive, todavía se puede frotar la superficie de la carne antes de cocinarla para secarla y acelerar el dorado.
La excepción del salado
Mientras que la sal ayuda a ablandar cortes enteros de carne, la carne picada no debe ser pre-salada, pues se suaviza la carne picada, haciendo que se peguen entre sí.
Y tú, ¿Qué prefieres? Cuéntanos un poco más sobre tus preferencias del salado.
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